28 octubre 2008

RECORRIDA POR LA MANSIÓN SERÉ


Cristina Kirchner visitó el centro clandestino que funcionó en Morón

De visita a Morón para inaugurar una escuela, la Presidenta recorrió el lugar donde funcionó la Mansión Seré. El equipo de antropólogos que trabaja allí desde hace ocho años ya recuperó un amplio predio.

El intendente Martín Sabbatella explicó los trabajos de reconstrucción del centro.
La Mansión Seré empezó a recuperarse hace ocho años. Las antiguas instalaciones de la casona que usó la Fuerza Aérea como centro clandestino de detención e incineró en 1978 ahora se empiezan a adivinar debajo de los tinglados y de las estructuras que recupera un equipo de antropólogos y arqueólogos de la Municipalidad de Morón. La presidenta Cristina Kirchner recorrió ayer por primera vez ese espacio: “Más que sorprendida –dijo–, estoy conmovida, esto es conmovedor”.
La casa construida a principios del siglo XX en un predio de los herederos del francés Juan Seré era el casco principal de un terreno de 60 hectáreas, loteada con los años. En 1949 el casco pasó a la Muncipalidad de la ciudad de Buenos Aires y en la década del ’70 a la Fuerza Aérea, que la usó como centro clandestino entre 1977 y 1978. Lo que sucedió en la casa, la fuga de cuatro de sus detenidos y el incendio con el que los militares intentaron borrar las huellas de lo que había ocurrido, se escuchó en los últimos meses durante el juicio que llevó adelante el porteño Tribunal Oral Federal 5. Entre los testigos, la Justicia convocó a quienes participan de la recuperación del centro, cuya investigación toma como base el relato de los ex detenidos. La Presidenta ayer conversó con los investigadores que llevan adelante el proyecto durante el camino hacia el centro clandestino.
El equipo ya recuperó el perímetro del predio de unos 20 x 20. Las habitaciones de la planta alta, de la planta baja y el sótano. “Los escombros de la casa los habían colmado completamente”, dice Antonella di Bruno, una de las primeras antropólogas en el trabajo y directora del área de Derechos Humanos de Morón. “Sin quererlo esos escombros también lo habían protegido, por eso pudimos recuperar las cuatro paredes con los revoques originales, el piso y la escalera que llegaba hasta abajo.”
Durante la recorrida, Cristina quiso entrar al sitio donde funciona un pequeño laboratorio, el lugar donde los antropólogos guardan los elementos que encuentran en las excavaciones, como alambres o los fragmentos de alguno de los pisos, que es una de las cosas que algunos ex detenidos pueden reconocer porque sólo podían mirar para abajo. Apretadísima en ese diminuto espacio primero pasó ella y luego el gobernador Daniel Scioli, el intendente Martín Sabbatella y varios ministros.
La comitiva después caminó unos metros, hasta la Casa de la Memoria y la Vida, un edificio levantado en homenaje a las víctimas. En la planta baja, varios paneles gigantes recuerdan la historia del lugar. Otros sitúan la represión en Argentina. En uno de ellos, un enorme mapa del país contiene puntos con los lugares donde funcionaron los centros clandestinos. En alguna de las zonas, las de mayor desarrollo industrial, las marcas son tantas que parecen un solo gran punto. En otras, no hay puntos. “En Santa Cruz no hubo”, dicen que comentó la Presidenta. “Y es verdad”, dice Di Bruno. “Hasta hoy, en este momento presente, no hay centros clandestinos descubiertos en Santa Cruz. Digo que hasta hoy porque nunca se sabe: todavía queda mucho por averiguar”.
Antes de Mansión Seré, Cristina inauguró el nuevo edificio de la Escuela de Educación Media 14 de Castelar. Durante el acto, habló de “igualdad social y geográfica”, pero también de lo que significa en ese contexto la existencia de la Mansión Seré: “Para que nunca más tengamos que ir a un lugar adonde vamos a ir ahora, porque si todos hubieran sabido, hubieran entendido, si todos hubieran conocido esta Mansión Seré, tal vez, no hubiera sido lo que es”.
Una parte de Mansión Seré era conocida. Por sus dimensiones tan amplias, los vecinos solían recorrer los parques antes y después de la dictadura. Durante la dictadura no, porque todo estaba vallado. Esas fotos y relatos permitieron reconstruir la memoria externa de la casa. El testimonio de los sobrevivientes, la de adentro. “Se podría hacer una maqueta para que todos conozcan cómo era originalmente la casa”, sugirió la Presidenta mientras se retiraba del solar donde las excavaciones todavía no terminan.

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