30 agosto 2008

El árbol de la memoria

Dos “próceres” de la ley de la jungla

Escribir sobre la condena a Bussi y Menéndez, dos prototipos del crimen organizado, la mafia de los uniformados, resulta revulsivo. No agregaré nada a lo que se escribe, resalta, evoca. y condena en estos días. La alegría es hacia afuera, el dolor vive encajado adentro, inamovible, por los torturados, vejados, las violadas, los hijos robados, las familias despedazadas, los millares de desaparecidos. El perdón es un mito, una virtud que en este caso es una vejación a la inteligencia. No quiero volver a todo lo dicho y escrito hasta hoy, e insistir con las mismas campanadas que se han escuchado en los últimos meses.

Han transcurrido 35 años desde los crímenes de Ezeiza, de la actividad criminal de la Triple A (donde actúan fuerzas que “prefieren” mirar hacia otro lado...sabrán por qué!). Con un retardo que dejó a los asesinos en la más jubilosa impunidad. Ahora tenemos los juicios, los gerontos, que disfrutaban y disfrutan de consideraciones inadmisibles, advienen a los juicios cuando son momias del crimen. Ni perdón, ni piedad, ni consideración.

Y allí están las madres y las abuelas, las que consiguieron lo inverosímil, las pequeñas y frágiles mujeres que derrotaron al “proceso”, descubrieron la cara repugnante y falaz de los mostruos, la magnitud del genocidio, los crimenes de lesa humanidad, sus caras perversas. Las “Sísifas” que pretendían subir con sus rocas al olimpo de la verdad, y caían, una vez tras otra, hasta que, ¡por fin! impusieron su coraje. La persistencia de esas heroínas que llevan en su alma el duelo, la pérdida, el sueño con las tumbas inexistentes de los seres queridos, asesinados por las fieras uniformadas, de los que blasfemaron, humillaron y martirizaron a millares de jóvenes y adultos, y negaron la justicia que se les brinda a ellos.

Silvia Loustau, qué sabe muy bien de qué se trata, ha escrito un texto donde la poesía, el dolor y el luto, la pérdida de queridos amigos, y el esplendor de esas mujeres que están logrando lo imposible: sentar a los asesinos frente a los ojos de sus víctimas y compartir la victoria y la justicia.
Andrés Aldao

El árbol de la memoria


A las Madres, a las Abuelas
por la ronda incansable,por
su memoria infinita.



Tucumán, donde flotó - flota - el perfume de los azahares. Tucumán entretejido de Escuelita, Famaillá y alarido. Pueblo dormido, silencioso. Memoria fugaz y miedo frágil. Tucumán hoy acuna a la Justicia en el regazo de las Madres .Ellas buscaron, rodando media vida. Tucumán, hoy se enarbolan en sus calles los rostros arrebatados. Perdidos. No olvidados.Habrá cánticos escanciados en el aire. Cánticos de luna roja surcando los recuerdos. Hoy Tucumán es tierra de las Madres, las Abuelas de tremenda resistencia. Hoy la infamia perderá su partida de ajedrez.

En la sala del Juzgado un hilo invisible corta el aire. De aquel lado un aire negro de toda negritud. Allí están ellos. Los asesinos. Los chacales.Aún se oirán sus voces, princesas del terror, amigas de la muerte. Lustrarán su última batalla. Ya perdida. Hablarán para la oquedad del desierto. Extenderán, una vez más, su garra mellada sobre el país vulnerado. Pero los enfrentará la melodía insistente de la memoria. Se levantará la Palabra desde la hondura mayor y en la provincia de la sangre y los azahares amanecerá la sentencia. Grávida de profunda verdad aplastará el más terrible de los males: la impunidad. Y hoy,28 de agosto, en Tucumán el amor de la justicia y de la libertad / ha producido un fruto maravilloso/ un fruto que no se echa a perder, ha crecido del árbol de la memoria, del camino de la lucha, un nuevo aire – tan moroso – de justicia.


Silvia Loustau

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Vuelvo a leerlos y vuelvo a emocionarme. No dejen nunca de luchar con la mejor arma que ambos tienen:la palabra.Los abaraza,

Javier

Anónimo dijo...

Desde Tucumán, otra vez gracias a Silvia y Andres por las palabras que nos hicieron llegar.

Maria Esther

Anónimo dijo...

Gracias Silvia por que tus palabras describen lo que sentimos muchos, los que como vos luchamos por la justicia.
Es un honor para mi haberla conocido, compañera...

Marcela

La Máquina de Escribir dijo...

Dos textos imprescindibles para la memoria de un pueblo. Merecen ser difundidos a lo largo y a lo ancho de TODO EL MUNDO. Para seguir luchando por más Verdad y Justicia.
Por mucho más Juicio y Castigo a los culpables. Un gran abrazo a Silvia y a Andrés. Felicitaciones por la perseverancia.
Aníbal Jorge Sciorra (Desde "La Máquina de Escribir")

Anónimo dijo...

GRACIAS A sILVIA Y A ANDRÉS POR SUS PALABRAS, ELLAS HAN SIDO LEIDAS Y REPARTIDAS EN VARIAS REUNIONES Y YO ME SIENTO MUY EMOCIONADO POR QUE SE QUE MI MADRE ESCRIBIÓ CUENTOS Y POEMAS.uN ABRAZO DE TODOS LOS COMPAÑEROS,
GABRIEL
DE H.I.J.O.S

Anónimo dijo...

Ya de regreso, y más serena, vuelvo a relerlos, amigos queridos, Silvia y Andrés, que con sus palabras nos acompañaron por todo Tucumán. Ahora sus palabras andan otros caminos y unen manos solidarias, como las de Uds. Los abraza,
Marucha