14 julio 2008

Kirchner con los intelectuales



Durante dos horas, Kirchner se sometió a las reglas de una asamblea horizontal en la que trescientos intelectuales dialogaron con él, le formularon críticas y repreguntas. Hubo aplausos, pero también silbidos cuando defendió el tren bala. Una experiencia sin precedentes en la democracia argentina, donde los líderes populares han acostumbrado a decidir en soledad y sin escuchar. ¿Alguien se imagina a Menem, Duhalde, Alfonsín o De la Rúa en esta situación?

Por Horacio Verbitsky

Durante dos horas Néstor Kirchner participó en una asamblea popular, con más de trescientos miembros del espacio Carta Abierta, formado por intelectuales, artistas de distintas especialidades, decanos y docentes universitarios. La invitación fue tramitada hace más de un mes pero recién se concretó el sábado, en un salón de la Biblioteca Nacional, cuyo director, Horacio González, fue uno de los impulsores del espacio. Kirchner hizo una exposición general y luego contestó preguntas. Hubo mucha presión sobre el ex presidente en cuatro temas: la cobertura del canal 7, la destrucción del INDEC, la personería retaceada a la CTA y el proyecto de construcción del tren bala. Kirchner fue aplaudido en muchos pasajes pero también silbado, una sola vez, cuando defendió el proyecto del tren bala. Lo aceptó sin enojo y expuso sus argumentos. Había pedido que lo criticaran todo lo que fuera necesario e insistió varias veces en la necesidad de contestar al desafío de la junta de desenlace, como llama a los líderes de las cámaras patronales agropecuarias, con más democracia y profundizando el proyecto nacional y popular, cuyas carencias admitió. El diálogo se caracterizó por una notable horizontalidad, Kirchner habló con humildad ante un auditorio que le hizo sentir tanto afecto como diferencias de criterio y dejó una imagen contradictoria con los estereotipos mediáticos sobre su personalidad. Lo que sigue es una síntesis de sus intervenciones. No se encomillan porque provienen de apuntes y no de una grabación.
Punto de inflexión
Estamos en un punto de inflexión. El desafío de la mesa de desenlace nos ha despertado. Si no aprovechamos este momento, por errores propios o por la avaricia de la oligarquía, pasarán décadas hasta que el país pueda volver a pensar en la utopía. Tengo que confesarles que la decisión de asumir como presidente del PJ fue por un pedido de Cristina. ¿Se imaginan lo que pasaría hoy si otro fuera el presidente? El PJ está atravesando por un período de decantación, como lo vemos a diario, de redefinición de posiciones. Cuando me preguntaron por los votos del PJ en contra del proyecto de retenciones contesté que no somos una sociedad anónima, que creemos en la ideología. También me han insistido mucho por qué llevamos a Cobos como Vicepresidente. Me calientan la cabeza, que los radicales esto o aquello. Y la verdad es que me parece que no nos equivocamos. Si en lugar de Cobos hubiera habido allí un compañero, ¿dónde estaríamos nosotros ahora? En el pasado regalamos espacios que luego nos jugaron en contra. No repitamos esos errores, tengamos esos espacios bajo control. La racionalidad que nos piden es el comienzo de la rendición, que nos pongamos de espaldas al pueblo para cuidar la imagen. Pero Cristina dijo no y ratificó su compromiso con la distribución del ingreso. No a la racionalidad traidora, sí a la racionalidad creativa, a favor del campo popular. El doble comando es un invento al que acudieron para dejarla sola a Cristina, para que yo tuviera que callarme y ellos pudieran marcarle la cancha.
Nos dicen que nos estamos alienando a la clase media. La clase media se alienó con el proyecto neoliberal de los 90. Aquellos que participaron como progresistas críticos, ahora prefieren votar con la oligarquía. Los vimos en la Cámara de Diputados, supervisados por la junta de comandantes del desenlace. Ni se van a poder mirar al espejo, porque hay momentos de la historia en los que hay que estar de un lado. Algunos economistas, como Prat Gay, dicen que soy un almacenero. Prefiero ser un buen almacenero y no el administrador de los intereses del establishment.
Un movimiento golpista
La anulación de las leyes de punto final y obediencia debida fueron los momentos decisivos durante mi gobierno y siento que este desafío por las retenciones lo será del de Cristina. Porque hay que decirlo con toda claridad. Estamos ante un movimiento destituyente, golpista. Han querido que Cristina se fuera del gobierno. El Día D que habían fijado fue en aquel fin de semana largo. Estábamos en Olivos, con la presidente y algunos amigos, y en la puerta golpeaban con las cacerolas de teflón. Estaba el audaz y revolucionario Hugo Biolcatti, con el comandante guerrillero Eduardo Buzzi y el primo Luciano de Martínez de Hoz. Ya vimos cómo funciona la transversalidad de la oligarquía, con compañeros de mi partido, camaradas de la izquierda, democráticos alfonsinistas, la señora que no quiero nombrar, la señora Pando, el general Reimundes, enemigos como siempre, y es bueno que lo sean. Esto nos dio fuerza. Otra vez vienen de atropellada, con la escarapela, para agredir. Pocos medios se animan a decir que la bandera es de todos y que ellos la mancharon. La respuesta debe ser más democracia y más institucionalidad.
Frente a esto, no podemos ser miserables y dar dos pasos atrás. Tenemos que dar cinco pasos adelante, por nuestra historia, por nuestros compañeros que no están. Hay asignaturas pendientes que hay que rendir. Hemos recuperado el empleo, pero tenemos que recuperar la calidad del empleo. Hemos puesto en marcha el financiamiento educativo, pero tenemos que recuperar la calidad de la educación, fijar el proyecto educativo nacional. Hemos avanzado en la distribución del ingreso, pero es insuficiente. Nuestro país sigue siendo asimétrico. El conurbano bonaerense y el norte han sido devastados por el modelo neoliberal. Tenemos que enfrentar la concentración económica, los monopolios mediáticos.
Fierros mediáticos
Hoy que afortunadamente las Fuerzas Armadas no se dejan tentar en estas situaciones, los fierros son mediáticos. Y han actuado sin miramientos. En el 55 nos hubieran encerrado en un barco y en el 76 estaríamos bajo tierra, pero yo estoy más apasionado que nunca. Venimos de una derrota durísima, que en parte se debe a errores que cometimos. Pero después de muchos años de resignación, vuelve la movilización, la ética, los pibes jóvenes quieren saber de qué se trata y podemos rendir las asignaturas pendientes y decirles a nuestros compañeros que hemos cumplido en nuestro paso por la historia. Podemos construir una Argentina diferente en una América Latina diferente, con racionalidad, con diversidad, con prudencia. Nuestro destino no es ser granero del mundo, sino asumirnos como bloque con nuestros hermanos de América Latina para discutir con los otros bloques. El diario La Nación expresa a la oligarquía, es la continuidad de la historia desde Mitre hasta Martínez de Hoz, siempre en defensa de intereses que no tienen nada que ver con los del país.
Le preguntaron por la relación con el grupo Clarín y por el decreto que prorrogó por diez años todas las licencias de radiodifusión. Eso es culpa de Alberto Fernández –respondió entre risas, propias y del aludido–. Luego explicó que asumió la presidencia con apenas el 22 por ciento de los votos. La Plaza de Mayo estaba llena de gente que quería comer, que había perdido toda esperanza. Personas importantes de mi partido se reunieron conmigo y me plantearon que iban a poner un corte a los juicios por el terrorismo de Estado. Les dije que no me quitaran la posibilidad de que yo capitalizara ese gesto fuerte, que esperaran. Por suerte me creyeron y me dieron tiempo. No podía contar lo que pensaba porque me echaban en dos o cuatro días. Llegué como pude, en una Argentina quebrada, con la tapa de los diarios encendidas cada vez que llegaba el delegado del FMI a imponernos condiciones. Cuando iba a España me querían matar, sólo podía pelearme con los empresarios. Teníamos una fuerza propia nula. Pese a eso no le cedimos espacio a los personeros de los intereses de siempre y fuimos construyendo nuestra fuerza. Respecto de Clarín, cada gobierno le hizo alguna concesión, fue cediendo, por la idea de que de otro modo Clarín te destruye. Yo entiendo la crítica que me hacen a la prórroga de las licencias, pero con toda sinceridad tengo que decirles que de otro modo otros tres canales quebraban y Clarín se quedaba con todo. Sé que es discutible lo que hicimos, pero sentíamos que no había otra alternativa. Pero otras concesiones no hicimos, soportamos dignamente el apriete. Para hacer ciertas cosas hay que tener el poder necesario. Ahora Cristina planteó la nueva ley de radiodifusión.
Aciertos y errores
Nos proponemos reconstruir un espacio que estaba dormido, en forma paulatina, con aciertos y con errores. Si nos hubiéramos apurado, no estaríamos aquí. Nos propusimos consolidar la retaguardia y cada vez que podíamos hacer actos de vanguardia. Tuvimos que demostrar que el progresismo podía administrar. Recuerden en qué condiciones asumimos. A pocas horas de estar en el gobierno la Corte Suprema amenazó con dolarizar la economía y hacer reventar todo. Ahí no nos quedó otro camino que sanear la Corte Suprema. Y ese proceso, que la sociedad reclamaba y valoró, fue junto con la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida lo que parió mi gobierno. Del mismo modo siento que este conflicto que ya no es por las retenciones sino por el modelo económico y el poder político va a parir el gobierno de Cristina. Si yo les pregunto por la ley de comercialización de granos, dudo que sepan que sigue vigente la de Martínez de Hoz. Esto es algo que nuestra presidente descubrió ahora, en medio del conflicto. Tenemos que llenar de neuronas el Estado para que podamos saber esas cosas sin necesidad de un conflicto. Estos señores van a perder más de lo que esperaban, porque ahora se está descubriendo el fraude que le hacían al Estado.
Del infierno al purgatorio
Salimos del infierno, pero ahora hay que resolver cómo salimos del purgatorio, que está lleno de pecados, y desarmar el esquema jurídico que nos montaron en medio siglo. Hay que construir un nuevo espacio político. En los 90 apareció una alternativa en la que muchos confiaron, pero terminó siendo parte del espacio del adversario. La decantación se va produciendo en forma espontánea. La Federación Agraria representa otras cosas que las que se creían. El 70 por ciento de sus miembros viven de rentas y por eso se acercan a la oligarquía, porque tienen los mismos intereses. Esta es la Federación Agraria de la renta, y se maneja con un discurso tramposo, que no da cuenta de este cambio. El señor Buzzi hizo algo imperdonable, que fue llevar a una madre de Plaza de Mayo al acto de la oligarquía, con tal de mostrarse progresista. Los pañuelos son intocables.
La CTA y los progresistas
Con la CTA tenemos una larga relación, con Víctor De Gennaro, pero hubo muchos problemas que no resolvió, por vacilaciones, por falta de ductilidad y por esa aspiración de ser siempre diferente. Así terminan votando con la Sociedad Rural. Los fiscales de todos, los que se ofrecen como garantía para corregir errores de nuestro gobierno, que tiene aspectos amarillos, aquellos que estuvieron con la señora que no quiero nombrar, votan con la oligarquía. Digámoslo con claridad, si perdíamos en Diputados hoy no teníamos más a nuestra presidente. No tuvieron grandeza ni solidaridad. Eso no los convierte en malos sino en mediocres.
Este fue uno de los temas que provocaron más réplicas. Uno de los asistentes dijo que el voto de Claudio Lozano en el Congreso, que los intelectuales repudian tanto como Kirchner, no evita la discusión sobre la personería de la CTA, que es el instrumento que los sectores progresistas supieron construir a lo largo de muchos años de lucha contra el modelo neoliberal. Kirchner respondió que conversa a menudo con los actuales dirigentes de la CTA, igual que la presidente, y recordó que le había hecho un reconocimiento público en su conferencia de prensa desde el Partido Justicialista. Se han generado en los últimos tiempos interlocuciones que otras actitudes habían cerrado. Roberto Baradel, secretario general de los docentes de la provincia de Buenos Aires, le informó que el secretario general de la CTA, Hugo Yasky convocaba a la Plaza de los dos Congresos el martes, junto al intendente de Morón Martín Sabbatella y a dirigentes de otras organizaciones y de los intelectuales de Carta Abierta, así como lo habían hecho el 16 de junio, con la consigna “Más democracia, más distribución”. Kirchner dijo que reconocía esos gestos y que el gobierno debía profundizar las asignaturas pendientes, la inversión en vivienda, en energía, en la calidad del trabajo. Los acuerdos del Bicentenario deben darse en un marco de pluralidad. Debemos pasar del individualismo a la construcción colectiva. Si hay ruido es porque estamos vivos.
El tren bala
No podía faltar una pregunta sobre el tren bala. Cuando Kirchner dijo que el país lo necesitaba y que no era tren bala sino tren rápido, una silbatina saludó su respuesta. Desde la audiencia alguien recordó cómo se viaja en el Gran Buenos Aires. Sin alterarse Kirchner dijo que sería una cobardía decir que se trató de un error. Explicó que formaba parte de un plan general de reconstrucción del sistema ferroviario, destruido por el neoliberalismo, que incluye el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, la electrificación del San Martín y el Roca y la recuperación del Belgrano Cargas. A veces compramos el símbolo que nos coloca el enemigo. Ser progresista no es tenerle miedo al progreso. En una referencia general al proceso de privatizaciones, mencionó que a las telefónicas les vendieron hasta los cables y que a Aerolíneas Argentinas no le quedó nada, por lo que la recuperación va a ser discutida.
Canal 7 e INDEC
Una de las preguntas, del editor Aurelio Narvaja, fue sobre canal 7, que en lo más caliente del conflicto transmitía el campeonato de básquet en Chañar Ladeado. Kirchner dijo que sobre esos temas debían preguntarle a Alberto Fernández, porque él no formaba parte del gobierno. Fernández respondió que el canal 7 se ve en todo el país. Desde la audiencia lo interrumpieron: “Por eso mismo”. Cuando lo dejaron continuar, Fernández explicó que en Buenos Aires, canal 7 es una oferta entre muchas, pero que en muchos lugares del interior es el único canal que se ve, y esto implica una demanda distinta, de la que no se puede suprimir el entretenimiento. Agregó que con la designación del periodista Felipe Yapur había mejorado la cobertura informativa, que se estaban intercalando flashes informativos cada media hora, para competir con los canales privados de aire y que la solución al problema que se planteaba era el lanzamiento de un canal de noticias de canal 7, que ya está listo para comenzar a transmitir, en cuanto solucione el conflicto tradicional por el encuadramiento sindical de los trabajadores, en el sindicato de prensa y/o en el de televisión.
Una antigua funcionaria del INDEC le preguntó cómo era posible que una colaboradora de todos los gobiernos, como Ana María Edwin, estuviera al frente. Kirchner dijo que habría que preguntarle al jefe de gabinete, pero respondió que el INDEC había sido copado por las consultoras y que funcionarios importantes del organismo trabajaban para favorecer a los tenedores de bonos indexados que más cobran cuanto más alto es el índice de precios al consumidor. El INDEC es parte del problema general del Estado. Miren lo que pasó con la ONCCA. A pedido de los asistentes, Alberto Fernández tuvo que explicar que era el organismo de control de la comercialización agropecuaria. Kirchner explicó que durante su gobierno, sin que él lo supiera, la ONCCA trabajó en contra. Tenemos errores y la voluntad es corregirlos. Ahora hay allí un buen funcionario, Ricardo Echegaray, que está descubriendo muchas cosas. El enemigo trata de producir un quiebre en lo que hacemos bien. Por eso no es bueno que nos martillemos todo el día los dedos por lo que no nos sale del todo bien.
Cooke y los jóvenes
El director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, le preguntó por los legados históricos, no porque crea en la repetición de la historia, sino para fijar nuestro diccionario, ¿qué peronismo, qué socialismo, qué nacionalismo de izquierda? En especial quiso conocer qué significaba para él John William Cooke. Kirchner dijo que era necesario no volverse dogmático, no aislarse del pueblo, para construir el campo de la Nación. No quiero poner nombres. Construyamos y después pongámosle el nombre y no al revés como hacíamos antes. Dijo que conoció a Cooke en sus años de militancia en la FURN de La Plata. “Fue un gran compañero y trasciende largamente al peronismo.”
El martes en la plaza
El martes estaremos en la plaza porque hemos aprendido la lección de la historia. No se puede dar un paso atrás, regalar las ideas ni la calle. La provocación nos obliga a convocar en pluralidad. Como dijo nuestra presidente, que vayan a elecciones y que discutan en la democracia. La democracia sin contenido sirve de poco, pero sin democracia no se puede vivir. Tenemos que llenar la democracia de contenido. Esta es una oportunidad histórica, si nos animamos a defender la mesa de los argentinos, y a ser autocríticos para corregir nuestros errores.
Yo soy más intuitivo que inteligente. El 18 de junio sentí que pasaba algo diferente, que estábamos en un punto de inflexión, que alumbraba un nuevo pensamiento, una nueva conciencia moral transformadora, la posibilidad de volver a creer. A la banda del desenlace vamos a tener que agradecerle que nos haya ayudado a despertar. Una gran asignatura pendiente es la construcción de espacios para que todo eso pueda expresarse. Ustedes tienen que construir esos espacios. Las grandes cosas siempre nacen en medio de una convulsión.
El sub-30
Una integrante del sub-30, que se presentó como militante juvenil del peronismo preguntó por el rol de la militancia y el trasvasamiento generacional. Kirchner dijo que lo que más lo alentaba era ver cómo la política volvía a los jóvenes. Se terminó la generación del miedo y la del discurso único neoliberal. Pero el trasvasamiento generacional fue una de las grandes mentiras que se usaron para encorsetar a una generación, por decirlo en forma suave, nos engañaron con esa palabra. Es importante que los jóvenes participen, que no esperen que los llamen, que discutan todo y que disputen. No es cuestión de edad sino de neuronas. Sean implacables con nuestras claudicaciones, que nadie los va a cercenar por ello. En la mesa de la discusión del poder no se pierde pureza. Por no entenderlo, le regalamos el poder a los sinvergüenzas. Tuvimos un problema cuando nosotros éramos jóvenes. En nuestra JP algunos creíamos que había que hacer política, participar en la democracia, pero también hubo quienes entendieron que tenían que tomar otro camino, militarista. Esa discusión ha sido zanjada por el tiempo y por eso ahora decimos que queremos más democracia, más política. Ustedes jóvenes, participen, no regalen espacios, sean parte de las instituciones, no se queden afuera para después tener que ir a esos despachos que podrían haber ocupado a pedir algo a quien los ocupa y si no los escuchan radicalizarse y contribuir al fracaso de todo.
El martes preveo mucha presencia espontánea, de gente humilde que está harta de la extorsión. Nuestro proyecto es seguir avanzando, consolidar la democracia, profundizar los aspectos pendientes. Sólo la reacción masiva del pueblo puede evitar que nos hagan lo mismo que a Allende. Cristina estaba viendo un documental sobre el 73 chileno, con corte de rutas, desabastecimiento, cacerolazos, el alineamiento de los medios de comunicación y la desventaja en el Congreso. Algunas cosas coinciden, pero otras son diferentes. No hay golpismo en nuestras Fuerzas Armadas y el Congreso está actuando en forma responsable y reflexiva. Aquí los cortes los realizan los sectores más concentrados, con su apéndice payasesco. El pueblo argentino tiene una actitud de mayor profundidad, debido a lo que nos pasó. No hay que perder la calma. Nos están provocando, respondamos con mas democracia y convivencia, con paciencia oriental.
Un joven geógrafo, también del sub-30 dijo que desde el punto de vista racional, quería ofrecer la ayuda de la mesa de científicos de Carta Abierta, en la elaboración de las futuras leyes de Energía y de Transporte, pero que también quería transmitirle un mensaje afectivo. “Gracias por habernos hecho creer que es posible un país distinto. Yo soy hijo de gorila y sos el primer peronista que voté. Estoy seguro de que no me equivoqué.”

2 comentarios:

mercedes saenz dijo...

Muy buen artículo que despeja la cabeza cuabdo el enojo empieza desde uno a contra todos. Uno de los secretos de razonar es poder separar la realidad de la postura mentirosa. Muy bueno Aldao, gracias
Mercedes Sàenz

Sonia Cautiva dijo...

Todos los artículos que leo en contra de un gobierno votado por el pueblo, costumbre nuestra, a favor y en contra, me recuerda que todavía da vueltas el nombre de Pinedo...y me asusta.
Sonia