09 abril 2008

A 60 AÑOS DEL ASESINATO DE GAITÁN



El "bogotazo" del 9 de abril 1948 está vivo en la memoria de los latinoamericanos. Fue una reacción multitudinaria y de notable intensidad al asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.

Niko Schvarz |

Fue una maniobra combinada de la oligarquía colombiana y la embajada norteamericana. Esos días sesionaba en Bogotá la IX Conferencia Panamericana, y un Congreso latinoamericano de estudiantes en que participaba Fidel Castro. García Márquez escribió que "tres balazos segaron la cita de Fidel Castro con Gaitán", ultimado por un clásico crimen político destinado a impedir que conquistara la presidencia de la República en las elecciones del año siguiente, para las cuales se perfilaba como seguro vencedor.
Según José Vicente Rangel, "de las llamas de la ciudad y de la sangre de Gaitán surgió la OEA", de triste memoria en la segunda mitad del siglo pasado.
El general Marshall presidía la delegación norteamericana a la IX Conferencia Panamericana que esos días se estaba desarrollando en Bogotá. El principal objetivo de EEUU consistía en hacer aprobar un acuerdo que declarara al comunismo fuera de ley. En ese clima se dispuso la creación el día 30 de abril, en esa misma Conferencia, de la Organización de Estados Americanos (OEA), suscrita por 21 naciones latinoamericanas. Fue un pilar de la guerra fría y de la campaña anticomunista a nivel continental. Ello habría de evidenciarse en la X Conferencia efectuada en Caracas en marzo de 1954, que con la presencia de John Foster Dulles en persona decretó el degüello de la Guatemala democrática del coronel Jacobo Arbenz. Un nuevo dato interesante acaba de aparecer estos días en relación con la OEA. El ex vicepresidente de Colombia Humberto De la Calle, quien representaba a su país en la OEA el 11 de abril de 2002, recuerda en su recién publicado libro "El día que Chávez renunció" que en la OEA reclamaban que se aprobara con rapidez una resolución apoyando a Carmona (el breve) antes de que éste se cayera.
Entre los impulsores del Congreso Latinoamericano de Estudiantes que se estaba organizando paralelamente como réplica a la Conferencia Panamericana y en protesta contra el intervencionismo de EEUU en varios países del continente, figuraba Fidel Castro, que había llegado a Bogotá el 31 de marzo y tenía una cita con Gaitán hacia las 14.00 horas del 9 de abril, frustrada por el asesinato.
Ese día a la hora 1:05, Gaitán salía del edificio Agustín Nieto situado en la Avda. Séptima entre las calles 14 y 15, y en cuyo cuarto piso tenía sus oficinas. Iba a almorzar con unos amigos que lo acompañaban. Dos individuos sospechosos habían sido vistos repetidas veces desde mediados de marzo frente al edificio en horas del mediodía. Ese día estaban allí. Cuando Gaitán salió por el portón del edificio y giró hacia el norte, uno de ellos (el más alto, más delgado y de mayor edad) le hizo seña al otro, que dejó pasar a Gaitán y le disparó por detrás. Una bala le dio en el cerebro, y dos en el cuerpo, todas mortales. El hombre alto se esfumó, el otro se alejó retrocediendo pero fue capturado por el policía Carlos Alberto Jiménez. Aunque intentó protegerlo, la multitud se lo arrebató y lo linchó. Se llamaba Juan Roa Sierra.
Una enorme masa humana, que fue creciendo aluvionalmente, se dirigió entonces al Palacio presidencial, para pedir cuentas al presidente conservador Mariano Ospina Pérez, que acababa de llegar. La crónica cuenta que recogían herramientas en las ferreterías e incluso armas en las estaciones de policía. Fueron enfrentados por la guardia presidencial y por francotiradores desde lo alto del Palacio. Luego, cinco tanques empezaron a disparar fuego graneado contra la multitud. Fue un baño de sangre. Durante horas, las destrucciones se extendieron por toda la ciudad. A Gaitán no lo pudieron enterrar en el cementerio, está inhumado en su casa, hoy transformada en el museo Jorge Eliécer Gaitán. El periodista Arturo Alape describe estos hechos en su libro: "El bogotazo, memorias el olvido". También publicó un reportaje a Fidel Castro sobre los acontecimientos del 9 de abril.
Es valor entendido que ese día luctuoso inauguró la era de la violencia en Colombia. En el mismo año, un alcalde liberal organizó el primer grupo guerrillero. En 1964 aparecieron las FARC. Gaitán había escrito: "Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la oligarquía no me mata, porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas demorarán 50 años en regresar a su nivel normal".
Han pasado 60 años, día por día.

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