27 mayo 2007

Racimos de muerte


400 millones de personas viven en medio de infinidad de bombas listas para explotar


América del Sur debe convertirse en una región libre de bombas de racimo, reclamó la estadounidense Jody Williams, Nobel de la Paz, quien participó en la conferencia internacional que se realizó en Lima para impulsar la prohibición de esas municiones. "Nos gustaría ver que América del Sur sea una región libre de bombas de racimo, y que se sume a América Central que fue la primera del mundo en declararse libre de minas", dijo Williams, quien integra la Coalición contra las Municiones de Racimo (CMC, por sus siglas en inglés). En la región sólo Argentina y Brasil producen bombas de racimo, en tanto que Chile rechazó versiones de las ONG de que continuaba fabricándolas. "Las bombas de racimo son bombas asesinas, son racimos de muerte", afirmó la activista Williams, galardonada por su lucha a favor de la prohibición de las minas en 1997.

JOSE LUIS MARTINEZ - La República (Montevideo)

Las bombas de racimo son disparadas desde tierra o lanzadas desde el aire y se abren para esparcir submuniciones explosivas sobre amplias superficies, provocando graves daños, especialmente a civiles.


La capital peruana reunió esta semana a delegados gubernamentales de 68 países involucrados en un proceso iniciado por 46 países en Oslo, en febrero 2007, destinado a concluir en el 2008 un tratado internacional que prohíba las bombas de racimo. El gobierno peruano del presidente Alan García propuso que América Latina y el Caribe se autodefina como una zona libre de bombas de racimo.
La iniciativa será evaluada en agosto en Costa Rica, según acordaron 13 países latinoamericanos participantes. Africa, representada por 15 países en la reunión, también mostró interés en activar un tratado internacional. Las delegaciones de Japón y el Reino Unido por su lado presionaron para lograr que el futuro tratado incorpore un período de transición en el que las armas de racimo prohibidas pudieran seguir siendo utilizadas. En el encuentro, que reunió además a 10 organismos internacionales y 30 organizaciones no gubernamentales, se manifestó la falta de consenso sobre la definición de qué tipo de bombas de racimo deben ser incluidas en un futuro tratado.
Pese al desacuerdo, impulsado por Francia, Polonia, Finlandia, Argentina y Australia, el viceministro peruano de Defensa, Fabián Novak, destacó durante la clausura el anuncio de Hungría y Suiza de sumarse de inmediato a la moratoria de bombas de racimo ya declarada el 2006 por Austria, Noruega y Bélgica.
Los participantes anunciaron que Viena será sede de la tercera conferencia, en diciembre próximo,
Entre los asistentes estuvieron países que almacenan municiones de racimo y que han usado y producido este tipo de armas: Reino Unido, Francia y Alemania. También intervinieron países afectados, como Líbano, Laos, Camboya y Afganistán. Otros, como China, Rusia y Estados Unidos, los mayores productores de estas municiones, rechazan la prohibición, y plantean soluciones técnicas que buscarían mejorar la eficiencia de las bombas, propuesta rechazada tajantemente, dijo Simona Beltrami, representante de la Ong Campaña Internacional para Eliminar las Bombas Antipersonal.

Argentina y Brasil

Argentina y Brasil son los únicos países fabricantes de las municiones de racimo (bombas, cohetes, artillería) en América Latina. Chile, que también las producía, negó ahora que los continúa fabricando como denuncian las Ong´s.
El coordinador de la CMC, Thomas Nash, deploró que Brasil no haya participado de la conferencia "lo que representa un notorio agujero por el peso de Brasil en la región", dijo.
No obstante, los gobiernos de Santiago y Buenos Aires firmaron la Declaración de Oslo, de febrero de este año, en que 47 países se pronuncian a favor de elaborar para 2008 un instrumento internacional vinculante que prohíba la producción, uso, transferencia y almacenamiento de las bombas de racimo.
Al menos 30 gobiernos se sumaron en Lima al compromiso de Oslo, dijo Nash. De esas nuevas naciones, una decena son productoras de bombas de racimo, entre ellas Alemania, Argentina, Canadá, Chile, España, Francia, Gran Bretaña e Italia.
La sociedad civil internacional se ha movilizado buscando la prohibición de las bombas de racimo. Bajo el paraguas de la CMC se encuentran Human Rights Watch, Landmine Action, Norwegian People's Aid, y Handicap International, entre otras Ong´s ligadas a la lucha contra las minas terrestres y la defensa de los derechos humanos.
Según Handicap International, 400 millones de personas viven en zonas contaminadas por dichas armas, sobre todo en el Medio Oriente, pero también en centroeuropa y en países del sudeste asiático, donde se utilizó masivamente en los años 70.

360 millones de bombas utilizadas

La organización presentó un informe que revela que hasta el momento se han utilizado en todo el mundo 360 millones de esas bombas que pueden liberar hasta 300 submuniciones, aunque entre el 5 y el 30% -entre 22 y 132 millones- no llegan a explotar, por lo que se convierten en un grave peligro para la población.
El informe "Círculo de impacto: la marca fatal de las bombas de racimo en las personas y sus comunidades" analiza el impacto socioeconómico en los 25 países y regiones en los que se han usado y que, oficialmente, ha causado 13.306 muertes aunque podrían llegar hasta las 100.000 a causa de la falta de información. Desde Laos, en la década de 1960, hasta Líbano el 2006, la mayoría (98%) de muertos o heridos por bombas de racimo han sido civiles y, entre éstos, los niños (35%), indicó un reporte de Handicap.
Las bombas de racimo son disparadas desde tierra o lanzadas desde el aire y se abren para esparcir submuniciones explosivas sobre amplias superficies, provocando graves daños, especialmente a civiles.
Al tocar el suelo estallan, pero muchas submuniciones quedan intactas y pueden mantenerse durante años como potenciales amenazas, detonando al menor contacto.
El responsable de Handicap Internacional, Stanislas Brabant, ha asegurado que la mayoría de las muertes se producen debido a las submuniciones no detonadas y una vez finalizado el conflicto, cuando la población regresa a sus hogares para retomar su vida y su trabajo, que es "cuando son más vulnerables".
Así sucedió en 1999 en Kosovo, donde el 53% de las muertes causadas por bombas de racimo se produjeron durante los dos primeros meses de paz, recuerda el documento.
El informe afirma que muchas de las víctimas son menores de edad, mientras que Brabant ha explicado que ello se debe a que "los niños se sienten atraídos por los artefactos porque tienen forma de pelota de tenis".
Asimismo, ha indicado que ese tipo de armamento suele utilizarse en países pobres y que el 43% de las víctimas son hombres en edad productiva por lo que, con la muerte de la principal fuente de ingresos, las economías familiares se ven seriamente afectadas en regiones devastada por los conflictos bélicos.
Algunos países o regiones en los que se ha utilizado ese armamento son Camboya, Sáhara Occidental, Afganistán, los países de la antigua Yugoslavia, Chechenia, Sudán, Etiopía y Líbano.
Los más afectados son Laos y Vietnam, donde fallecieron 5.000 personas entre 1965 y 1975, e Irak, cuyos muertos desde 1991 ascienden a 3.000, y donde Estados Unidos y Reino Unido han lanzado un millón de esos artefactos desde 2003.
La directora del Instituto de la ONU de Investigación sobre el Desarme (UNIDIR), Patricia Lewis, ha asegurado que existe un "sentimiento ambiguo" entre los ejércitos sobre el uso de las bombas de racimo porque conocen los efectos devastadores para la población.

Parecen juguetes

Las municiones de racimo, suelen tener apariencia de juguetes que matan indiscriminadamente a niños, denunciaron delegados de Camboya y Líbano.
En el caso del Líbano, estos explosivos quedaron regados en campos, jardines, calles, cerca de escuelas y con un potencial monstruoso, declaró Gebran Michel Soufan, representante permanente de Líbano ante las Naciones Unidas en Ginebra.
"Para los niños estas bombas pueden parecer juguetes y en algunos casos parecen botellas de perfume", explicó el diplomático en la conferencia.
"Se calcula que hay 1.2 millones de municiones de racimo sin explotar en el sur del Líbano, una región que está devastada", tras el conflicto entre Israel y el grupo fundamentalistas islámico Hezbolá puntualizó.
Un panorama parecido presentó Sam Sotha, asesor del primer ministro de Camboya, quien dijo que su país vive un drama permanente por numerosas bombas de racimo que no explotaron cuando Estados Unidos las lanzó en los años 70 durante la guerra de Vietnam y que involucró a Camboya y Laos.
"Muchos niños se ven atraídos por los colores brillantes y llamativos de estas bombas, las que, muchas veces, poseen formas interesantes y semejan juguetes", lamentó el funcionario quien precisó que es por eso que hay una alta tasa de muertes infantiles, como principales víctimas de la población civil.
Veinte millones de municiones de racimo fueron lanzadas sobre territorio camboyano, reveló al precisar que estos explosivos arrojados desde aire o tierra se abren antes de tocar suelo y liberan cientos de submuniciones que se dispersan sobre extensas áreas, más allá de su objetivo, abarcando un área de varias canchas de fútbol.
Muchas de esas municiones -añadió- no estallan y entonces se convierten en minas antipersonales que quedan sembradas por décadas hasta que personas, en su mayoría civiles, las activan resultando heridas o muertas.
El serbio Branislav Kapetanovic, sobreviviente de las bombas de racimo, quien perdió brazos y piernas cuando desactivaba una de estas municiones en Kosovo, también reclamó su eliminación.
Kapetanovic, de la Ong Coalición contra las Bombas de Racimo, trabajaba como desactivador hasta que en mayo de 1999 una submunición estalló y le provocó graves daños. "Me hicieron veinte operaciones y estuve cuatro años en un hospital de Belgrado", relató a los asistentes en Lima desde su silla de ruedas.
De acuerdo con la CMC, 34 países continúan produciendo los explosivos, otros 25 los han usado en varios conflictos y 75 almacenan cantidades que representan una amenaza para la humanidad.

Un negocio millonario

Los seis mayores fabricantes de estas armas -Lockheed Martin, EADS, Thales, GenCorp, Textron y Raytheon-, obtuvieron unos 12.600 millones de dólares de seis grupos financieros entre 2003 y 2006, de acuerdo con la organización no gubernamental belga Netwerk Vlaanderen.
Según el informe "Inversiones explosivas: Las instituciones que financian las bombas de racimo", elaborado por Netwerk Vlaanderen, 68 financieras y bancos internacionales destinan fondos a esta "industria de la muerte", dice otro de los informes sobre el tema.
La estadounidense Textron, cuyas bombas CBU-105 fueron utilizadas por el ejército estadounidense en Irak, recibió en 2005 créditos por 1.250 millones de dólares reunidos por Citigroup y JPMorgan Chase. Estas dos compañías financieras aportaron 120 millones cada una, y les siguieron, con 90 millones de dólares por cabeza, Bank of America, el británico Barclays, el alemán Deutsche Bank y el suizo UBS, entre otros.
Para el autor del estudio, Christophe Scheire, estos bancos "niegan la realidad", al pretender que la financiación "es una actividad neutral".
Según Scheir, el BBVA participó con 35 millones de dólares en un crédito sindicado en 2005 entre trece bancos a la empresa Raytheon, por un valor total de 2.200 millones. Este banco también habría participado, junto al Santander y otras 34 entidades de crédito, en una financiación de 3.650 millones a la empresa EADS. Desde el Santander confirmaron que se participó en esta operación, aunque se aclaró que "EADS es un consorcio de aviación europea que tan sólo dedica una porción de su volumen de negocio a la industria militar" y que "también participa" en esta compañía el gobierno español, junto al francés y alemán.
"La Convención de Ottawa (Sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas Antipersonal) suponía cortar de facto la inversión de las fábricas. Pero parece que eso no sucede así, porque hay bancos que invierten en las empresas fabricantes, aunque pertenecen a países que han prohibido las minas", señalan los activistas.
"Bélgica no sólo ha prohibido la producción de bombas, sino que también ha puesto en vigor una ley en marzo que impide a sus bancos y financieras invertir en las compañías fabricantes. Todos los países deben imitar a Bélgica", sustuvo Nash. *

Municiones

Son municiones de racimo aquellas bombas que contienen submuniciones con explosivos. Son armas que se lanzan y están diseñadas para detonar en el momento del impacto con una distribución estadística en un área predefinida.
La proyección de municiones de racimo incluye municiones de artillería, de misiles o lanzadas desde aviones.
Las municiones de racimo se caracterizan por una falta de capacidad de detección de objetivos autónomos y, frecuentemente, por la existencia de un elevado número de peligrosos artefactos sin explotar que suponen serias amenazas humanitarias después de su uso.
El término "municiones de racimo" no cubre municiones de fuego directo, munición de llamarada y humo, munición equipada con sensores y capacidad de detección de objetivos autónomos, submunición sin explosivos y minas antipersona.

No hay comentarios: