Crece en los EEUU el desafio judio contra el sionismo
info-palestine.net
Traducido por Susana Merino |
Los días 19 y 20 de junio próximos, exactamente antes de la celebración del Foro Social de los EEUU, los judíos de América del Norte se reunirán en Detroit para desafiar al racismo, al colonialismo y al imperialismo; en primer lugar y ante todo como partícipes de la lucha destinada a vencer al sionismo y a descolonizar Palestina. En junio de 2010, los dos extremos del espectro político judío de los EEUU van a rivalizar en un momento histórico. En momentos en que Israel y el movimiento sionista luchan por mantener su influencia secular sobre el espíritu de los judíos, surge un nuevo proyecto que se aparta del sionismo y se adhiere a un renovado compromiso por una humanidad compartida.
La Asamblea de los judíos estadounidenses 2010 “Oponerse al racismo y al apartheid israelí” llega en un momento en el que resulta urgentísimo construir a partir de los recientes éxitos del movimiento de solidaridad con Palestina y en circunstancias en que las empresas y el gobierno de los EEUU continúan cometiendo graves injusticias en Palestina – sin mencionar las que cometen en sus propias comunidades.
La Organización sionista mundial
Este encuentro se producirá inmediatamente después del 36to Congreso de la Organización sionista mundial (OSM) que tendrá lugar en la misma semana en Jerusalem. La OSM fue creada en 1897, durante el Primer congreso sionista para ponerla a la cabeza del movimiento sionista. En su próximo encuentro, el Congreso reafirmará sin duda y volverá a centrar sus estrategias en defensa de la legitimidad de Israel contra las crecientes condenas, las tentativas por convertir a Israel en responsable de sus crímenes de guerra e impedir el triunfo de los movimientos de boicot, de desinversiones y de sanciones.
La OSM es al mismo tiempo un símbolo y una organización fundante del pensamiento y del accionar político sionista que nos ha conducido al actual momento histórico. Una ilustración de esta desastrosa trayectoria puede encontrarse en los comunicados de prensa de la OSM publicados en oportunidad de la invasión de la franja de Gaza por Israel en el invierno 2008/2009. El 12 de enero de 2009, por ejemplo, cuando la mayor parte de las horribles masacres que habían sido llevadas a cabo habían llegado ya al conocimiento público, la OSM se opuso a la resolución 1860 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que convocaba a un cese del fuego inmediato, calificándola de “anti-israelí” y criticándola por no solicitar “ayuda humanitaria” para Israel. Muchas influyentes organizaciones sionistas se hicieron eco de estos mismos planteos mientras que otras organizaciones sionistas “más moderadas” murmuraban y farfullaban. Leyendo sus justificativos, sus apoyos y hasta sus voces de aliento para con estos incalificables crímenes, resulta doloroso imaginar que un corazón que late pudiera estar unido a la mano que los escribió.
Del mismo modo que el 31 de mayo de este año, un enorme esfuerzo tendiente a quebrar el ilegal y paralizante bloqueo sobre la franja de Gaza fue atacado por el gobierno israelí. Una flotilla de seis barcos con 700 militantes de la paz y de la solidaridad, salidos de más de 40 países y con una carga de 10 mil toneladas de ayuda humanitaria fue agredida por la marina israelí que tomando el control mató e hirió a los militantes de un navío de bandera turca y lo que es peor aún, en aguas internacionales. La inhumanidad y la ilegalidad de estos actos son innegables y cada vez lo son más a los ojos de la opinión pública. Se está produciendo una toma de conciencia a nivel mundial tanto por la falla moral y política de Israel, como por el autoritarismo, la violencia y el fariseico fanatismo de las autoridades israelíes y de fracciones cada vez mayores de la opinión israelí.
La lucha contra el sionismo
Vencer las ideas y las prácticas sionistas es crucial, en primer lugar y ante todo en razón del impacto que produce su racismo y su colonialismo institucionalizados contra el pueblo de Palestina y más ampliamente sobre la región. Este impacto sionista se caracteriza por la exigencia de que la fuerza política, jurídica y económica de los pueblos y la cultura judíos y europeos deben imponerse a las culturas y a los pueblos aborígenes. Este racismo es asimismo la causa de una transmisión y de una alienación a los judíos Mizrahi (judíos de origen africano y asiático) de sus historias, lenguas, tradiciones y cultura y de la marginación y la explotación económica de la población Misrahi como también de los trabajadores migrantes en la sociedad israelí.
El sionismo es también antisemitismo en cuanto rechaza las culturas y las historias de los judíos –incluyendo a los judíos “otros” o no europeos como a las “víctimas” judías europeas de las que han tratado de separarse para crear un “judío nuevo”. Aunque rechaza a las víctimas judías desvirilizadas de la Europa cristiana, se sirve sin embargo de su memoria para justificar y perpetuar un racismo y un colonialismo europeo asi como también un estado judío militarizado El sionismo favorece igualmente la islamofobia en Palestina y más extensamente también en los EEUU y en todo el mundo. El resentimiento y la rabia contra los judíos que viven en Israel y en otras parte, provocados por la violencia y la dominación militar israelí se utilizan a su vez para justificar más y mayor violencia sionista.
El sionismo perpetúa la excepcionalidad judía y evoca una versión de la historia judía desconectada de la historia y de la experiencia judías. Haciendo del genocidio nazi una excepción, los judíos se marginan del resto de las víctimas y de los sobrevivientes de otros genocidios en lugar de unirse a ellos. Como tal nos implica en la opresión al pueblo palestino y en el envilecimiento de nuestras propias herencias, de nuestros propios combates por la justicia y la alianza con nuestros hermanos humanos.
La estrategia que muestra que Israel es un Estado de apartheid muestra éxitos crecientes y sus argumentos a favor de los boicots, las desinversiones y las sanciones (BDS) contra Israel se hallan especialmente fundados. Los avances en tal sentido perturban a las organizaciones sionistas de Israel y del mundo. Sin embargo las organizaciones sionistas como la OSM, la AIPAC(Comité de Asuntos públicos israelo-estadounidense), la Liga antidifamación, el Centro Simón Wiesenthal, B’nai B’rith y otros tanto en los EEUU como en otros lugares disponen de millones de dólares para proteger a Israel de sus responsabilidades por su política del apartheid y sus crecientes crímenes de guerra y de promoción de la colonización, la limpieza étnica, el robo y la destrucción de la tierra palestina.
El apoyo mutuo Israel/EEUU
La convergencia de intereses entre el Estado Israelí, los intereses capitalistas mundiales, especialmente los de los fabricantes de armas, la empresas constructoras “post-conflictos” y las empresas de seguridad privadas, como las de la industria petrolera son cada vez más poderosas. Las reacciones islamófobas en Europa occidental, en los EEUU y Canadá, la xenofobia en general buscan hacer de los musulmanes y de los inmigrantes los chivos emisarios de la crisis universal del capitalismo y utilizarlos para justificar una guerra y una ocupación perpetuas.
Las agresiones militares estadounidenses e israelíes en la región se mantienen y se fortalecen recíprocamente. A pesar de las preocupaciones estadounidenses ante el desgaste que la política israelí causa a la imagen de los EEUU, el poder económico y la potencialidad de Israel en la región son considerados como vitales para Washington. Como corolario es cada vez más evidente que los lobbies pro israelíes en los EEUU van a oponerse a los esfuerzos contra las guerras. Las organizaciones sionistas y el lobby pro israelí se alínean cada vez más con los conservadores estadounidenses y comparten sus compromisos en las agendas de guerra, de ocupación o de sanciones contra Irak, Afganistán, Irán, Pakistán, Líbano y Siria.
Ubicar a Palestina en el centro de una agenda anti guerra en los EEUU.
Los judíos anti sionistas de los EEUU pueden jugar un papel muy importante mostrando al movimiento anti bélico que no podrán hacerse progresos significativos sin oponerse al papel que juega Israel en el desencadenamiento y la justificación de la agenda bélica estadounidense.
Luego de decenios de debates y de dudas, Palestina constituye siempre un punto de fricción en el movimiento antibelicista estadounidense. Se evita el cuestionamiento del financiamiento de Israel por los EEUU por temor a que se sume a las críticas contra la ocupación de los EEUU en Irak y Afganistán. Ubicar inversamente a Palestina directamente en el centro de la agenda anti guerra en los EEUU es la clave de un cambio fundamental en la política y en la práctica usamericanas en las que la estrategia es necesariamente la guerra. Por nuestra parte, mediante el fortalecimiento del movimiento antibélico, podemos contribuir con los esfuerzos que tratan de reducir el aislamiento del combate palestino, hacer avanzar la oposición a la islamofobia y emprenderla contra la eficaz relación mutua entre Israel y los EEUU.
Responsabilizar a los gobiernos israelíes, usamericanos y al apoyo sionista internacional no surgirá de un cambio de política de los EEUU sino gracias a un cambio en la opinión pública estadounidense y mediante el debate, a partir del fomento de un movimiento popular y el uso de sanciones jurídicas internacionales y usamericanas y apoyando el reclamo palestino al BDS. La asamblea de los judíos de los EEUU de 2010 pretende contribuir a estos esfuerzos y mostrar una ruptura con el sionismo, algo que después de la segunda intifada hizo saltar el yugo de los acuerdos de Oslo. La Asamblea se instala en la continuidad de la larga historia de la participación judía en las luchas humanas por la emancipación. Las nuestras se ubican entre las más fuertes voces de los judíos que quieren romper con la corriente que ha sido el sionismo que declina – una corriente que no es más que una traición a nuestra humanidad, negando al mismo tiempo la de los palestinos.
Los judíos plantean una acusación específica contra el sionismo aunque formando parte del movimiento de solidaridad. Cuando los judíos no son genuinos, - ya sea en su propia confrontación con el sionismo o en la prioridad de las exigencias del combate popular palestino - la participación judía amenaza confundir más que a clarificar y a fortalecer el movimiento de solidaridad con Palestina. Debemos prestar atención y no sobreestimar el que nuestro compromiso y nuestra inversión para vencer al sionismo pretende la “igualdad” en el combate; sobrepasar nuestro actual papel en el movimiento perjudica a la dirección palestina en su propio combate, reforzando la centralización de las voces judías que impulsa el sionismo y que sugiere el racismo. Asimismo asimilar la necesidad de liberación y de seguridad palestinas a la seguridad de la mayor parte de los judíos en los países occidentales es inoportuno.
La Asamblea será la oportunidad de reflexionar sobre nosotros mismos en tanto miembros del movimiento estadounidense e internacional por la justicia y de clarificar nuestra política y nuestras prácticas de manera que logremos mejorar nuestra eficacia. El antisionismo judío no es una identidad, es una política para desarrollar y actuar y un lugar desde donde enfrentar al sionismo. Organizarse para ganar la aprobación – o la legitimidad sobre – de la opinión pública judía, de las organizaciones sionistas liberales o de la opinión pública de los EEUU, reduce nuestra capacidad de ser solidarios. Del mismo modo en el largo plazo, reescribir las exigencias palestinas (por ejemplo excluir el derecho al regreso a las campañas BDS) para adaptarse a las agendas que fortalezcan la paz en tanto estrategia de mantener un estado judío exclusivo, no va en contra de la política y de los principios sionistas. Sin embargo en el corto plazo toda participación que permita hacer avanzar el BDS resulta útil para deslegitimar a Israel.
Desarrollando y compartiendo tales diferencias se profundizará y se aumentará la posibilidad de una verdadera alternativa al sionismo y la capacidad de los judíos de contribuir a un movimiento de solidaridad con Palestina, potente y eficaz. Eso son los temas que esperamos plantear y explorar con los judíos y nuestros socios en este combate, en oportunidad de la Asamblea 2010 de los judíos estadounidenses.
Nuestro compromiso al enfrentar al sionismo se integra con nuestro compromiso a suprimir las amenazas del racismo, del antisemitismo, del elitismo, del fascismo, del colonialismo y del imperialismo que nutren al sionismo y que se hallan institucionalizados en las estructuras del apartheid de Israel. Queremos por el contrario fortalecer la continuidad con los movimientos históricos y actuales para la emancipación humana, la lucha de clases, la igualdad, la democracia y la justicia. Estos vínculos existieron siempre en la historia judía contra la colaboración judía con quienes quieren oprimir.
Gabriel Ash, es militante, escritor y miembro del primer plan en el IJAN (red mundial judía antisionista) http://www.ijsn.net/home/ Ël escribe porque a veces la pluma es más poderosa que la espada y a veces no.
La Asamblea de los judíos estadounidenses 2010 “Oponerse al racismo y al apartheid israelí” llega en un momento en el que resulta urgentísimo construir a partir de los recientes éxitos del movimiento de solidaridad con Palestina y en circunstancias en que las empresas y el gobierno de los EEUU continúan cometiendo graves injusticias en Palestina – sin mencionar las que cometen en sus propias comunidades.
La Organización sionista mundial
Este encuentro se producirá inmediatamente después del 36to Congreso de la Organización sionista mundial (OSM) que tendrá lugar en la misma semana en Jerusalem. La OSM fue creada en 1897, durante el Primer congreso sionista para ponerla a la cabeza del movimiento sionista. En su próximo encuentro, el Congreso reafirmará sin duda y volverá a centrar sus estrategias en defensa de la legitimidad de Israel contra las crecientes condenas, las tentativas por convertir a Israel en responsable de sus crímenes de guerra e impedir el triunfo de los movimientos de boicot, de desinversiones y de sanciones.
La OSM es al mismo tiempo un símbolo y una organización fundante del pensamiento y del accionar político sionista que nos ha conducido al actual momento histórico. Una ilustración de esta desastrosa trayectoria puede encontrarse en los comunicados de prensa de la OSM publicados en oportunidad de la invasión de la franja de Gaza por Israel en el invierno 2008/2009. El 12 de enero de 2009, por ejemplo, cuando la mayor parte de las horribles masacres que habían sido llevadas a cabo habían llegado ya al conocimiento público, la OSM se opuso a la resolución 1860 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que convocaba a un cese del fuego inmediato, calificándola de “anti-israelí” y criticándola por no solicitar “ayuda humanitaria” para Israel. Muchas influyentes organizaciones sionistas se hicieron eco de estos mismos planteos mientras que otras organizaciones sionistas “más moderadas” murmuraban y farfullaban. Leyendo sus justificativos, sus apoyos y hasta sus voces de aliento para con estos incalificables crímenes, resulta doloroso imaginar que un corazón que late pudiera estar unido a la mano que los escribió.
Del mismo modo que el 31 de mayo de este año, un enorme esfuerzo tendiente a quebrar el ilegal y paralizante bloqueo sobre la franja de Gaza fue atacado por el gobierno israelí. Una flotilla de seis barcos con 700 militantes de la paz y de la solidaridad, salidos de más de 40 países y con una carga de 10 mil toneladas de ayuda humanitaria fue agredida por la marina israelí que tomando el control mató e hirió a los militantes de un navío de bandera turca y lo que es peor aún, en aguas internacionales. La inhumanidad y la ilegalidad de estos actos son innegables y cada vez lo son más a los ojos de la opinión pública. Se está produciendo una toma de conciencia a nivel mundial tanto por la falla moral y política de Israel, como por el autoritarismo, la violencia y el fariseico fanatismo de las autoridades israelíes y de fracciones cada vez mayores de la opinión israelí.
La lucha contra el sionismo
Vencer las ideas y las prácticas sionistas es crucial, en primer lugar y ante todo en razón del impacto que produce su racismo y su colonialismo institucionalizados contra el pueblo de Palestina y más ampliamente sobre la región. Este impacto sionista se caracteriza por la exigencia de que la fuerza política, jurídica y económica de los pueblos y la cultura judíos y europeos deben imponerse a las culturas y a los pueblos aborígenes. Este racismo es asimismo la causa de una transmisión y de una alienación a los judíos Mizrahi (judíos de origen africano y asiático) de sus historias, lenguas, tradiciones y cultura y de la marginación y la explotación económica de la población Misrahi como también de los trabajadores migrantes en la sociedad israelí.
El sionismo es también antisemitismo en cuanto rechaza las culturas y las historias de los judíos –incluyendo a los judíos “otros” o no europeos como a las “víctimas” judías europeas de las que han tratado de separarse para crear un “judío nuevo”. Aunque rechaza a las víctimas judías desvirilizadas de la Europa cristiana, se sirve sin embargo de su memoria para justificar y perpetuar un racismo y un colonialismo europeo asi como también un estado judío militarizado El sionismo favorece igualmente la islamofobia en Palestina y más extensamente también en los EEUU y en todo el mundo. El resentimiento y la rabia contra los judíos que viven en Israel y en otras parte, provocados por la violencia y la dominación militar israelí se utilizan a su vez para justificar más y mayor violencia sionista.
El sionismo perpetúa la excepcionalidad judía y evoca una versión de la historia judía desconectada de la historia y de la experiencia judías. Haciendo del genocidio nazi una excepción, los judíos se marginan del resto de las víctimas y de los sobrevivientes de otros genocidios en lugar de unirse a ellos. Como tal nos implica en la opresión al pueblo palestino y en el envilecimiento de nuestras propias herencias, de nuestros propios combates por la justicia y la alianza con nuestros hermanos humanos.
La estrategia que muestra que Israel es un Estado de apartheid muestra éxitos crecientes y sus argumentos a favor de los boicots, las desinversiones y las sanciones (BDS) contra Israel se hallan especialmente fundados. Los avances en tal sentido perturban a las organizaciones sionistas de Israel y del mundo. Sin embargo las organizaciones sionistas como la OSM, la AIPAC(Comité de Asuntos públicos israelo-estadounidense), la Liga antidifamación, el Centro Simón Wiesenthal, B’nai B’rith y otros tanto en los EEUU como en otros lugares disponen de millones de dólares para proteger a Israel de sus responsabilidades por su política del apartheid y sus crecientes crímenes de guerra y de promoción de la colonización, la limpieza étnica, el robo y la destrucción de la tierra palestina.
El apoyo mutuo Israel/EEUU
La convergencia de intereses entre el Estado Israelí, los intereses capitalistas mundiales, especialmente los de los fabricantes de armas, la empresas constructoras “post-conflictos” y las empresas de seguridad privadas, como las de la industria petrolera son cada vez más poderosas. Las reacciones islamófobas en Europa occidental, en los EEUU y Canadá, la xenofobia en general buscan hacer de los musulmanes y de los inmigrantes los chivos emisarios de la crisis universal del capitalismo y utilizarlos para justificar una guerra y una ocupación perpetuas.
Las agresiones militares estadounidenses e israelíes en la región se mantienen y se fortalecen recíprocamente. A pesar de las preocupaciones estadounidenses ante el desgaste que la política israelí causa a la imagen de los EEUU, el poder económico y la potencialidad de Israel en la región son considerados como vitales para Washington. Como corolario es cada vez más evidente que los lobbies pro israelíes en los EEUU van a oponerse a los esfuerzos contra las guerras. Las organizaciones sionistas y el lobby pro israelí se alínean cada vez más con los conservadores estadounidenses y comparten sus compromisos en las agendas de guerra, de ocupación o de sanciones contra Irak, Afganistán, Irán, Pakistán, Líbano y Siria.
Ubicar a Palestina en el centro de una agenda anti guerra en los EEUU.
Los judíos anti sionistas de los EEUU pueden jugar un papel muy importante mostrando al movimiento anti bélico que no podrán hacerse progresos significativos sin oponerse al papel que juega Israel en el desencadenamiento y la justificación de la agenda bélica estadounidense.
Luego de decenios de debates y de dudas, Palestina constituye siempre un punto de fricción en el movimiento antibelicista estadounidense. Se evita el cuestionamiento del financiamiento de Israel por los EEUU por temor a que se sume a las críticas contra la ocupación de los EEUU en Irak y Afganistán. Ubicar inversamente a Palestina directamente en el centro de la agenda anti guerra en los EEUU es la clave de un cambio fundamental en la política y en la práctica usamericanas en las que la estrategia es necesariamente la guerra. Por nuestra parte, mediante el fortalecimiento del movimiento antibélico, podemos contribuir con los esfuerzos que tratan de reducir el aislamiento del combate palestino, hacer avanzar la oposición a la islamofobia y emprenderla contra la eficaz relación mutua entre Israel y los EEUU.
Responsabilizar a los gobiernos israelíes, usamericanos y al apoyo sionista internacional no surgirá de un cambio de política de los EEUU sino gracias a un cambio en la opinión pública estadounidense y mediante el debate, a partir del fomento de un movimiento popular y el uso de sanciones jurídicas internacionales y usamericanas y apoyando el reclamo palestino al BDS. La asamblea de los judíos de los EEUU de 2010 pretende contribuir a estos esfuerzos y mostrar una ruptura con el sionismo, algo que después de la segunda intifada hizo saltar el yugo de los acuerdos de Oslo. La Asamblea se instala en la continuidad de la larga historia de la participación judía en las luchas humanas por la emancipación. Las nuestras se ubican entre las más fuertes voces de los judíos que quieren romper con la corriente que ha sido el sionismo que declina – una corriente que no es más que una traición a nuestra humanidad, negando al mismo tiempo la de los palestinos.
Los judíos plantean una acusación específica contra el sionismo aunque formando parte del movimiento de solidaridad. Cuando los judíos no son genuinos, - ya sea en su propia confrontación con el sionismo o en la prioridad de las exigencias del combate popular palestino - la participación judía amenaza confundir más que a clarificar y a fortalecer el movimiento de solidaridad con Palestina. Debemos prestar atención y no sobreestimar el que nuestro compromiso y nuestra inversión para vencer al sionismo pretende la “igualdad” en el combate; sobrepasar nuestro actual papel en el movimiento perjudica a la dirección palestina en su propio combate, reforzando la centralización de las voces judías que impulsa el sionismo y que sugiere el racismo. Asimismo asimilar la necesidad de liberación y de seguridad palestinas a la seguridad de la mayor parte de los judíos en los países occidentales es inoportuno.
La Asamblea será la oportunidad de reflexionar sobre nosotros mismos en tanto miembros del movimiento estadounidense e internacional por la justicia y de clarificar nuestra política y nuestras prácticas de manera que logremos mejorar nuestra eficacia. El antisionismo judío no es una identidad, es una política para desarrollar y actuar y un lugar desde donde enfrentar al sionismo. Organizarse para ganar la aprobación – o la legitimidad sobre – de la opinión pública judía, de las organizaciones sionistas liberales o de la opinión pública de los EEUU, reduce nuestra capacidad de ser solidarios. Del mismo modo en el largo plazo, reescribir las exigencias palestinas (por ejemplo excluir el derecho al regreso a las campañas BDS) para adaptarse a las agendas que fortalezcan la paz en tanto estrategia de mantener un estado judío exclusivo, no va en contra de la política y de los principios sionistas. Sin embargo en el corto plazo toda participación que permita hacer avanzar el BDS resulta útil para deslegitimar a Israel.
Desarrollando y compartiendo tales diferencias se profundizará y se aumentará la posibilidad de una verdadera alternativa al sionismo y la capacidad de los judíos de contribuir a un movimiento de solidaridad con Palestina, potente y eficaz. Eso son los temas que esperamos plantear y explorar con los judíos y nuestros socios en este combate, en oportunidad de la Asamblea 2010 de los judíos estadounidenses.
Nuestro compromiso al enfrentar al sionismo se integra con nuestro compromiso a suprimir las amenazas del racismo, del antisemitismo, del elitismo, del fascismo, del colonialismo y del imperialismo que nutren al sionismo y que se hallan institucionalizados en las estructuras del apartheid de Israel. Queremos por el contrario fortalecer la continuidad con los movimientos históricos y actuales para la emancipación humana, la lucha de clases, la igualdad, la democracia y la justicia. Estos vínculos existieron siempre en la historia judía contra la colaboración judía con quienes quieren oprimir.
Gabriel Ash, es militante, escritor y miembro del primer plan en el IJAN (red mundial judía antisionista) http://www.ijsn.net/home/ Ël escribe porque a veces la pluma es más poderosa que la espada y a veces no.
Emily Katz Kashawi, es militante, profesional de la comunicación y madre de gemelos.
Mich Levy, es militante, educador y organizador internacional del IJAN
Sara Kershnar es militante y organizadora internacional en la IJAN
1 comentario:
Me alegra esta noticia.
Gracias por publicarla. Leo habitualmente el periódico digital Rebelión, pero esta noticia en concreto se me pasó.
Gracias
Publicar un comentario