22 abril 2008

CARTER DICE QUE HAMÁS SELLARÁ LA PAZ CON ISRAEL SI LOS PALESTINOS LO APOYAN

El líder fundamentalista Meshal advierte que no reconocerá el Estado hebreo

JUAN MIGUEL MUÑOZ - Jerusalén - 22/04/2008

Arriesgando en un terreno de lo más resbaladizo, el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter aseguró ayer que Hamás está dispuesto a aceptar un acuerdo para la creación de un Estado palestino en Cisjordania y Gaza y el derecho de Israel "a vivir en paz" en las fronteras previas a la guerra de 1967. "Me dijeron que lo aceptarían si es aprobado por los palestinos, incluso si Hamás está en desacuerdo con ciertos términos de ese pacto", añadió el ex mandatario. Una de las claves del embrollo reside en que los islamistas exigen que cualquier acuerdo entre el presidente Mahmud Abbas y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, sea ratificado en referéndum por todos los palestinos, incluidos los refugiados en el exilio. Un portavoz de Hamás añadió que, en todo caso, el pacto sería temporal. Y el líder fundamentalista, Jaled Meshal, remachó desde Damasco que ello no supondría el reconocimiento formal de Israel.

Los escollos contra la iniciativa del ex presidente de EE UU parecen insuperables

Meshal se comprometió a respetar una tregua de 10 años si Israel se retira completamente de los territorios ocupados hace 41 años: "Estamos de acuerdo con un Estado palestino con Jerusalén como capital, con genuina soberanía, sin asentamientos, y sin reconocer a Israel". Unos requisitos que a todas luces ningún Gobierno hebreo aceptará.
Las reuniones de Carter con los líderes de Hamás han causado tanto revuelo como malestar en el Ejecutivo hebreo y en la Administración estadounidense, que catalogan al movimiento islamista como organización terrorista. Pero el ex inquilino de la Casa Blanca no se amilanó y anunció su propósito a los cuatro vientos: lograr que Hamás sea incluido en las negociaciones con Israel. "El problema no es que yo me reúna con Hamás, el problema es que Israel y Estados Unidos rechazan dialogar con alguien que debe ser tenido en cuenta", afirmó ayer tras regresar a Jerusalén y después de entrevistarse con Meshal en la capital siria y con otros dos dirigentes en Egipto durante el fin de semana.
El Gobierno israelí guardó silencio, coherente con su intención de obviar la iniciativa de Carter. Y el Departamento de Estado, por su parte, restó valor a las promesas de Hamás. "No vemos ningún cambio fundamental en sus posiciones", precisó el portavoz Tom Casey.
Los escollos para que prospere la iniciativa de Carter se auguran, por el momento, insuperables. Por varias razones. En primer lugar, Olmert, que ha eludido entrevistarse con el ex mandatario, rechaza negociar con Hamás porque ello supondría otorgarle una legitimidad que no está dispuesto a conceder mientras la organización islamista no se avenga a reconocer la legitimidad del Estado sionista. Y en segundo término, porque ello supondría un varapalo, si no el descarrilamiento, a las negociaciones que el dirigente hebreo sostiene con Abbas.
Shlomo Ben Ami, vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz, esbozó a este periódico su coincidencia con los planteamientos de Carter, con quien se reunió ayer en Jerusalén. Aunque también precisó que hay que avanzar paso a paso. En opinión de Ben Ami, es imprescindible incluir a Hamás en un acuerdo previo que incluya un alto el fuego en Gaza, el intercambio de prisioneros palestinos por el soldado cautivo Gilad Shalit, y otro pacto que garantice que la frontera entre la franja y Egipto queda sellada herméticamente al tráfico de armas, aunque abierta a las mercancías y las personas. "No podemos olvidar que Hamás ganó las elecciones", afirmó el ex dirigente laborista

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