05 marzo 2007

TODO (notas especiales)

Los riesgos de la corrupción

Cuando el Presidente de Israel es acusado de violación, la dirección de la Policía es acusada de conexiones con el hampa o varios legisladores son acusados de recibir cohecho, es hora de que nos preocupemos y nos preguntemos por qué razones hemos llegado a esta situación, y qué medidas pueden ayudarnos a salir adelante de este empantanamiento institucional.

Por José Itzigsohn (Desde Israel)


A mi entender, una de las causas de la corrupción es la ocupación prolongada de los territorios ocupados a partir de la guerra de 1967, pronto ya cuarenta años.Esta ocupación nos acostumbró, en un principio, a utilizar una mano de obra barata en desmedro de todos los principios hebreos acerca del trabajo y creó un grupo de contratistas enriquecidos.Otra causa es el avance incontrolado de la economía neoliberal, a costa de los principios de la solidaridad colectiva y el cooperativismo.Es verdad que la economía de Israel en general ha prosperado, pero vemos una marcada desigualdad en los ingresos con grandes capas sumidas en la pobreza y la desesperanza.De uno de los países más igualitarios, desde el punto de vista de los ingresos, hemos pasado a ser uno de los países con mayor disparidad. En el camino van quedando instituciones como el kibutz, que supo ser uno de los símbolos israelíes, una de nuestras contribuciones como “luz para los pueblos”.Otro factor, vinculado con los anteriores, es la corrupción en los partidos políticos, en especial, el tema de captar elementos vinculados al mundo del delito. Otro fenómeno alarmante es la aparición de movimientos públicos dirigidos por magnates con fortunas de origen dudoso, que tienden a influir en la opinión pública utilizando su poder económico.Todo esto nos amenaza tanto como el poder de enemigos jurados de Israel. Pero cabe destacar que así como en el gobierno actual deliran, también hay señales de salud.Una de ellas es el hecho que estas anomalías son denunciadas. Hay instituciones que se mantienen incólumes, como la Suprema Corte de justicia e instituciones de bien común que defienden la transparencia y la honestidad en la gestión de gobierno.También hay sectores políticos no alcanzados por la corrupción y movimientos juveniles de inspiración política diversa que mantienen viva esta necesidad de la conciencia social.Este país es demasiado caro para nosotros y demasiado importante para la supervivencia del pueblo judío como para que consintamos en que el proceso de corrupción continúe.Debemos denunciarlo con toda nuestra fuerza. No podemos conformarnos con la idea de que la corrupción existe en muchos otros países. No hemos alcanzado aún el grado de seguridad de esos otros muchos países. El frente interno es esencial para enfrentar las amenazas que todavía penden sobre nuestras cabezas.

Fuente: Nueva Sion - Marzo de 2007.

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